La importancia de dormir y soñar
- Tania Zárate
- 3 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 26 dic 2024
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El sueño y el acto de soñar han sido temas fascinantes para el psicoanálisis, especialmente desde la perspectiva de Sigmund Freud, quien consideraba los sueños como “la vía regia hacia el inconsciente”. Para él, los sueños eran mucho más que simples imágenes o sensaciones al dormir; constituían un lenguaje simbólico que revela deseos, temores y conflictos internos que, durante el día, permanecen reprimidos.
Desde este enfoque, dormir y soñar adquieren un papel fundamental en la vida psíquica, permitiéndonos no solo descansar y repararnos fisiológicamente hablando, sino también explorar los aspectos más profundos y ocultos de nuestra mente.
El acto de dormir cumple una función esencial para el equilibrio físico y mental y es en el estado de sueño donde el inconsciente encuentra una “puerta abierta” para manifestarse. Freud expone que los sueños son “la realización disfrazada de un deseo reprimido”, una oportunidad para que aquellos impulsos y deseos prohibidos o socialmente inaceptables puedan expresarse sin censura. Esta liberación, aunque momentánea, permite que el inconsciente procese estos contenidos sin llegar a la conciencia, lo que resulta en una forma de descarga emocional que, según el psicoanálisis, es vital para el equilibrio psíquico.
Freud distinguía entre el contenido manifiesto del sueño —la historia o imágenes aparentes que recordamos al despertar— y el contenido latente, es decir, el significado oculto que yace detrás de esas representaciones. El contenido latente se compone de deseos reprimidos, conflictos no resueltos y recuerdos inconscientes que emergen disfrazados para evitar la censura interna. Para comprender este contenido, Freud desarrolló el método de la interpretación de los sueños, cuyo objetivo es descifrar el simbolismo que esconde el inconsciente.
Para ejemplificar este disfraz, podemos pensar en el sueño de un niño que durante el día escuchó hablar a los adultos sobre la situación de un familiar cercano que está enfermo y próximo a morir. El impacto de semejante notica es tal, que el pequeño lo reprime para poder continuar con sus actividades cotidianas. Una vez se va a dormir, el inconsciente tiene su oportunidad para ayudar a este pequeño, mediante los sueños, a elaborar la perturbadora noticia. Es así, que el niño nos reporta al despertar haber soñado que diminutos escarabajos voladores se introducían en sus oídos provocándole un fuerte temor.
El disfraz de haber escuchado tan malas noticias, se representa simbólicamente entorno a los escarabajos que se introducen por el oído con malos presagios.
Además, Freud sugiere que los sueños juegan un papel preventivo en el desarrollo de síntomas y malestares de los cuales desconocemos su origen. Al permitir que ciertos impulsos se expresen en un contexto seguro, el sueño actúa como una válvula de escape, evitando que estas pulsiones se acumulen y se traduzcan en síntomas. En este sentido, el acto de soñar tiene un efecto regulador en el aparato psíquico, funcionando como un espacio en el que los conflictos internos pueden ser procesados de una manera simbólica y menos destructiva.

Excelente publicación